He oído a menudo a personas expertas en bienestar personal afirmar que si quieres sentirte feliz en un margen de tiempo más o menos breve, sirve a alguien: da servicio, siéntete útil.

Wayne Dyer decía que esto es tan difícil o tan sencillo como hacer un pequeño favor a alguien, o salir a la calle y dar limosna a alguien que la necesite, regalar ropa, barrer el rellano de un vecino enfermo que no puede valerse por sí mismo, etc.

Es decir, hacer algo que tú puedas hacer y que para el otro tenga valor. No te confundas con el entregarse sin medida, desgastándote y esperando algo a cambio, como una sonrisa, o amor condicionado por lo que haces/das, o lo que sea a cambio.

Servir desde ti es dar lo que tienes incondicionalmente, en la medida que puedes, sintiendo que eres capaz y que lo que entregas es válido para la vida. Y cuando ya no tienes energía, descansa. Date también a ti: date reposo para poder reunir fuerzas y poder gozar en otro momento de tus fuerzas para poder seguir con la vida.

Emprender es dar.

Está claro que quien emprende por cuenta propia lo hace a menudo por dos razones: por necesidad de comer y por necesidad de sacar a la luz un don, un saber hacer (know how), una idea que dará buen servicio a los demás. La emprendedora nace de las ganas de dar servicio. Además se suele ir convirtiendo en cada vez mejor servidora, más experta en dar lo que sabe dar: artesana, psicóloga, educadora canina, editora en su propia editorial independiente, etc… son personas que dan servicio a los demás.

Esto que sabes hacer y que te llena cuando lo entregas, a veces coincide con tu trabajo.

La pregunta no es si hay que emprender para amar lo que haces. La pregunta es si te sientes integrada en la vida, si sientes que cosas que haces en tu día a día son útiles para los demás.

Quizás eres emprendedora, o quizás eres cuidadora de tu familia y de tu hogar. O quizás tu profesión es para ti un goce, y das servicio felizmente. Puede ser que estés trabajando por cuenta ajena o que seas autónoma, pero si te llena lo que haces, y sientes esto que te describo (de dar servicio como algo que te da plenitud) … ¿para qué cambiar de trabajo?

Dar no tiene por qué ser siempre emprender.

La moda de emprender no es para todas. Hay personas que en su trabajo por cuenta ajena, por las condiciones que se dan, son plenamente felices haciendo lo que hacen, y su vida, con todas sus facetas, no les pide trabajar en un negocio propio.

Sin embargo, dentro de este grupo de personas que trabajan por cuenta ajena, a veces aparece la duda de si tendrían que dejar su trabajo y emprender por cuenta propia, porque todo el mundo a su alrededor lo hace…

Mira bien tu camino. El tuyo propio, no el de la vecina o el de la bloguera de moda. Siente si estás por ahora en un lugar agradable para ti, y si te compensaría o no meterte en la aventura de emprender.

Quizás ya estás dando desde donde estás. Detente y piensa.

 

Parar para observar que quizás ya tienes todo lo que crees que te falta.

Nos confunde mucho leer a los demás, escuchar entrevistas en la radio, ver la televisión, ver las redes sociales etc y creer que sólo si te conviertes en una persona con trabajo exitoso y vistoso serás feliz.

En las entrevistas y redes sólo se suele mostrar la parte bonita del emprendimiento, a menudo se muestran personas “que han llegado” a un punto de éxito…y no aparecen personas con una vida poco destacable…pero sabes? Toda vida es destacable.

En sistémica y también en textos espirituales que suelo leer se nos recuerda una y otra vez que todos somos importantes, todos formamos parte de un gran engranaje, de un todo, y por lo tanto de ello podemos extrapolar que todo servicio que alguien puede dar (todo tiempo de servicio aquí queda incluido) es necesario.

Toda persona con quien te cruzas en la calle tiene una labor, sea la que sea, que si ella no la hiciera, la tendría que hacer otra persona. Por lo tanto todas somos útiles a los demás de algún modo. A veces incluso ser compradora o clienta te hace clave, pues sin ti no existiría esa pescadería o esa frutería.

Toda labor es productiva para alguien en algún sentido, y en toda labor puedes encontrar la plenitud porque en todo trabajo puedes detectar el servicio que haces a los demás.

En calma, observa. ¿Te animas?

Para detenerte y poder observar tu día a día, te recomiendo que tomes acción siguiendo las lecciones online que te ofrezco dentro de la Escuela Este instante, ideal para emprendedoras pues creces a tu ritmo, practicas y te cuidas con las herramientas que dentro de la escuela encuentras, y no tienes que seguir un horario, sino que te conectas cuando tienes un hueco, o cuando tú te planificas.

Es como tener el centro de crecimiento personal, o de yoga, o de meditación, en el salón de tu casa, o en donde quieras practicar un ratito de autoconocimiento, auto-acompañamiento, y de paz.

La escuela te devuelve la paz y la capacidad de observar. Y es súper económica…mira aquí lo que te espera.

Y ya sabes, te leo en los comentarios. Un abrazo.

 

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